ODA A LA MUJER QUE AMO

Aunque consciente de lo que palabras como estas en ti provocan,
El sentir se apodera de mi irremediablemente,
Como la risa a la alegría, como la alegría al amor, como el amor a nuestro legado de vida.

Resistirme no es opción válida
Yo mismo estoy a favor,
Las palabras son extensión de mis sentimientos, así como también lo son de mi corazón

Mi aire, mi diamante, mi oro,
a través de las puertas de tu alma has sido capaz de cambiar mi universo,
Capturaste mi existencia con una mirada, me llevaste contigo de polizonte.
Mi luz, mi calor, mi mundo entero,
Mi caricia de porcelana, mi dulce calma,
Me curaste las heridas y yo cure las tuyas, nos hicimos cómplices
Y empezamos de cero, tomados de la mano, alma con alma.

Me siento en ti cautivo,
Prision de la que jamás quiero salir
Ni el final de mis días me liberaría,
Menos aún si por mí te marchitaras,
De mi voluntad tus deseos hablarían,
De mi existencia tu cantar serían las alas.

Como hacerte sentir mi infinito fuego, como decirte que en mí jamás se extinguirá tu perfume,
Como convencerte que sea falsa o verdadera mi amargura, nada que ver tiene con lo que nos une.

No puedo imaginar mis días sin ti,
No importa cuán oscuros se hayan puesto los nubarrones sobre nuestras cabezas, siempre que te pienso vive mi corazón, diamante de sangre que late junto con tu andar,
Siempre que me quieras me tendrás,
Siempre que me sueñes seré tu amante.