Me apena

Me apena
el no ser de lo que un día fuimos
las risas que se pierden
en cada ceño fruncido,
en cada beso perdido,
en cada "te quiero" enmudecido.

Me estremecen
las palabras de cuento desencantado
que provocan, en vano,
el desenlace de nuestras manos.

Me provoca terror
el cambio de rumbo de nuestras vidas
en cada vela que se iza
en contra de nuestras rutinas.

Pero joder...

Qué maldita paz
el no ser de lo que un día fuimos
porque ahora somos más
de lo que siempre quisimos.

Y claro que me gusta
el nuevo rumbo de nuestra rutina
cargada, llena de vida,
sin brújula que nos guía,
fijando el rumbo que marcan
nuestras estrellas al brillar.

Y me encanta
(joder si me encanta)
que nos miremos y que al hacerlo
todos aquellos sueños,
caminos,
momentos,
sean un alocado cuento,
al que jamás pondremos final.