El Reino de la Sal.

Reposas plácidamente encantando con tu misterios,
con tus mitos
y tu grandiosos escenarios salvajes..... En ciertos casos con el sonido de tu alma curas los males.

Navegantes emprenden la empresa para conocer tus recónditos lugares,
inhóspitos sitios con olores electrizantes,
sumamente vivificantes,
altamente consagradores para la rutina de los pescadores.

¡Momento!
Dice tu bramar.

Tus brazos se extienden con fuerza reclamando con tu capricho un tesoro que te vuelve loco,
que por medio de tu gigantesca esencia atrapas sin una esperanza de retorno.
En el fondo de tu universo,
aquellas almas se vuelven habitantes escamosos.
La gaviota anuncia el final de la tempestad y tu plácidamente vuelves a reír y acariciar nuestra alma con el vaivén de tu sal,
Las barcas salen de nuevo a navegar,
con aquellos fantasmas que tu exigencia ha querido atesorar.
Las perlas coronan a la musas que tu amor extraño ha sepultado,
lindas hijas que ahora sirven como mensajeras para advertirles a los hombres,
a que no vengan a investigar tus dominios ni tu palacio. Las sirenas ornamentan con su voz, la lucha a muerte que tienes con aquel que se quiera empapar.

La palmera seduce al sol,
y el sol a la arena que calienta el corazón,
el rugido de tus olas elevan aquel espíritu,
la espectacularidad de la tarde se ve asesinada por otro color en el sublime cielo.
Todos en chozas reposan de su arduo sacrificio por volver con vida de tu extenso sendero.....
Solo el eco de la noche impone la bravura de tu universo.​