LA MUERTE DE UNA IDEA

Hoy he decidido darte muerte.
No sin antes haber meditado
desde la primera hasta la ultima
de tus intervenciones en mi vida.
Lo ganado y lo perdido,
lo aprendido y lo olvidado.

Concebida en el seno de mi corazón,
dulce idea que creció como una flor.
Te fundiste en un rincón de mi mente
transformando los ideales presentes.
Encamine mi vida en tu dirección
con la firme convicción de realizarte.

Todo reflejaba tu fracaso,
pero la venda era tan gruesa.
Abandoné tantas oportunidades con tu anhelo.
Me cegué y no quise ver más allá.
Pero he despertado,
y debo acabar con tu vida
así como la he iniciado.

tiempo,
aún tengo tiempo, o espero tenerlo.
Tiempo de encontrar otra que ocupe tu lugar,
tiempo de cambiar el rumbo hacia un mejor destino
del que tú me has concedido.

Hoy he decidido darte muerte,
la muerte que mereces por todo lo inspirado,
la muerte que me apetece por todo lo extraviado,
la muerte necesaria para sacarte de mi mente,
la muerte de una idea,
la idea de tenerte.