Querida, Alexander.

poema de leon fuentes

Cierto es que existen momentos en la vida en los que se desea lo contrario a esta; lo dual, lo extremo, niña. Se desea con vehemencia caminar por los senderos de la muerte para descubrir el velo de la incredulidad y asegurarse con un nudo en la garganta que realmente hay paz en la carne putrida.
Alexander, hay días en los que desearía marchitar, ser arrancando de este mundo, pero tú ,aunque no estés conciente, ni presente, adorada mía, me iluminas salvadora y desgarras las sombras donde anidan mis ideas de oscuridad maldita.
Hay, a veces, real gozo en mi pequeño corazón agotado, mi joya máxima. Cuándo vienes a visitarme y posas tu delicada forma frente mi lecho agrio de angustia. Me dices con tu voz de ave; dulce y ligera, que tu amor está aquí para restaurar me, que tus labios sanarán mis heridas y tú idólatras saliva hará mares en los desiertos de mi alma... Hay ocasiones en las que experimentó una alegría desbordada, casi locura, al ver la maravilla vibrante de tus ojos; me encuentro en ellos, alexander. Me encierro ahí, como bestia mansa para vivir regocijado de mi cautiverio.
Niña, eres tú el delirio que hace de mis sueños paraísos.
Alexander, Olimpia.
Eres tú quien purifica mi sangre y me libera del dolor maldito.
Alexander, durazno mío.
Eres tú, solo tú, la razón por la que no he caído en la más ruin tentación, inspirada al borde por mi irracional triztesa.
Alexander, de oro y plata.
Vivo solo por ti... Mi vida , sin valor alguno, te pertenece entera. Has con ella tus caprichos, sean de seda o espinas.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Bellísimas letras,te descubro hoy felicitaciones! Y beso feliz tu día!

Critica: