La estrella

Ya no escribo.
escribiendo me fomentaba
a sentir mucho.

No fue un desahogo,
Ni una forma de expresión,
Era yo ampliando mis sentidos,
Exagerando mi voz para que fuera más fuerte,
Para que lo inexplicable y aleatorio
tuviera sentido.
Era yo armando el caso criminal de mis emociones.
Era para sentir mucho,
Mucho y más.

Y en estos tiempos todos sienten poco,
y sintiendo mucho me dolía el mundo,
Pero lo amo tanto, tanto tanto.
Al mundo.
Que ya no quería sufrir más por él.

Ya no escribo,
Ya no sé escribir.
Ahora soy chiquita, ahora soy simple,
Ahora soy feliz.
Ahora vivo de un beso,
regalo sonrisas,
como abrazos,
y me alejo cuando lloro,
Y me cuento los segundos para no llorar más de cinco.

Y en las noches me duermo para no llorar más.

Ya no escribo.
¿Por qué?
Porque todos aman a las supernovas;
las Estrellas que explotan y nacen de nuevo, las que decoran el espacio con sus colores vibrantes, con sus formas llamativas, que destruyen y lloran y lamentan y vuelven a empezar.

Todos aman a las supernovas, sí,
Pero nadie quiere ser una.

¿Por qué yo sí?