El tendedero

Me han enseñado a vivir con el miedo,
Así
Abrazado a la garganta,
Como perros de ropa
a un cordel
a penas.
Con la ropa estilando
Mojando el cemento.
Iniciando rios.
He aprendido
Yo sé
Sé callarme.

conozco el miedo

Los instintos y los reflejos,
Corren del peligro
Mis instintos y reflejos
No huyen,
No.
Evitan.

He aprendido

Soy liviana,
Como la pluma al viento.
Voy a donde debo llegar.
Y he aprendido
Yo, sí
A callarme.
Así que vuelo
Y evitó caídas
Todas
Directas al mar.

De tanto que aprendo
o aprendí
Alargó las noches
cuando
No quiero ver
mañana.

Porque el nudo aprieta
tanto, tanto
Que los ríos no se secan.
No.
Que destiñen la ropa
Que se dan vida
hasta descosiendo los cordeles.

Alargó las noches,
Buscando un pare
A tantos días de que la
vida pase.
Yo tiendo.

Me han mostrado de todo
Y
Hasta aprendo defensas.
Algunas, sí.
Por qué me han designado
de estudiante,
Sabiendo que sin mi
siquiera habría una clase.

Un día de tantos,
Deducí
que soy un círculo
Soy mi vida.
Mi culpa,
Sin culpa;
El santo pecado.

Estoy cansada
¿Cuelgo la ropa?
¿O me cuelgo del cordel?
El río es rojo
A cierta hora del sol
¿Será un premurió?
Sigo yo, entonces
Vamos
Que
Si no alcanza el agua,
El jabón,
El detergente,
Ni la sal,
Que
Sin las hebras,
ya no hay ropa.
¡Si hasta se han roto
los perros de ropa!
Alimento al río,
Yo toda.

Porque he crecido
Viviendo el miedo,
Agarrando la culpa
Comiéndome ambas con pena
Y manzanas.
Tanto ya,
Que me merezco un regalo.
¿Van a graduarme ya
de esta escuela?
¿O me licencio en muerte?